miércoles, 6 de junio de 2007

Cuand Catalunya valencianizo el seu idioma

CULTURA
Cuando Cataluña valencianizó su idioma
Ricardo García Moya
(Articul publicat en Las Provincias el 24 de maig de 1996, tret de
http://www.garciamoya.cjb.net/

Sorprende el epígrafe, pero es correcto. Hacia 1600, Andreu Bosch se
desesperaba por la tendencia extendida en Cataluña de dar supremacía
"e imitar a la Lengua Valenciana" (Títols d'honor. Perpinyà, 1628).
Esta influencia también afectaba al mismo Bosch, pues, aunque
critica que sus compatriotas "mudaran la vocal a, en e" (p. 27)
razonaba que escribir "las nostras ciencias" era menos correcto que
"les nostres ciencies".
En las mismas fechas, el catalán Onofre Pou, con su "Thesaurus",
Ilevaba hasta Perpignan el léxico valenciano: otonyo (no tardor),
chiquet y chiqueta, iglesies, chulla, mija, servisis, carchofa,
giner, puncha, etc.
Con esta inmersión idiomática (deseada, no impuesta), una parte de
Cataluña y Aragón valencianizaron su idioma a fines del siglo XVI.
Fuera de esta influencia quedaron la parte oriental del territorio,
incluida Barcelona. Eran tiempos en que el mismo Cervantes
diferenciaba la dulzura del valenciano de la ruda "lengua gascona y
catalana" (Quijote, II, Cap. 60), aludiendo erróneamente al occitano
como gascón.
Relacionado con el problema actual, un rotativo catalán reconocía
que: "la independencia de un país ha Ilevado a codificar como una
lengua distinta la que se consideraba dialecto. Así lo hizo Noruega
a comienzos de siglo respecto al danés. Y así está ocurriendo hoy en
la antigua Yugoslavia donde el serbo croata, codificado a mitad del
siglo pasado y lengua común en la Yugoslavia de Tito, se ha
escindido en cinco lenguas distintas. En las últimas conversaciones
de paz en territorio norteamericano croatas, serbios y bosnios se
presentaron acompañados de sus respectivos intérpretes para traducir
unas lenguas que los expertos consideran que difieren menos entre sí
que el catalán y el valenciano" ("La Vanguardia", 10-IV-96).
Aquí sucede lo contrario. Las oficinas de inmersión (especialmente
en las Universidades de Alicante, CasteIlón y Valencia) compiten
para ver cuál catalaniza más eficazmente, arrinconando al valenciano
y español. Alegremente, con dinero del contribuyente, editan libro
tras libro con la finalidad citada.
Prototipo de estos ejemplares sería "Els valencians i la Ilengua
normativa" (Generalidad, 1995); ensayo sembrador de confusión que,
por ejemplo, afirma que el adjetivo "petit" está vivo en Alcoy,
criticando al diccionario del GAV por negarlo.
Una cosa es que autores como FuIlana, ingenuamente, recogieran
arcaísmos como "esser o freturar" y palabras fronterizas; y otra muy
distinta es utilizar como prueba de idioma vivo el léxico de los
alumnos alcoyanos víctimas de la inmersión, o el de los funcionarios
reciclados en catalán.
EI autor -olvidando que no está arriba del Cenia- escribe "vuit,
gener, mica, amb, mots, seva, tasca", y condena el léxico (bellea,
giner, chiquet...) que en 1600 era publicado en Perpignan como
paradigma de culto.
Igual finalidad busca "Obres impreses en català al País Valencià"
(Diputación de Valencia, 1989), donde figuran Blasco Ibáñez y Martí
y Gadea como escritores "en catalán".
Curiosamente, si hubo un autor preocupado por la lengua valenciana
fue precisamente Joaquín Martí y Gadea, que pasó su vida tratando de
conocer el alma de "nostre Reyne de Valencia" (él escribía Reyne).
Martí y Gadea destacaba la singularidad de "La Ilengua valenciana,
per la riquea de veus, modismes y gracia (...) superant a la
catalana" (Gadea: Tipos,1908, p. 298). EI alcoyano (de Balones)
defendía su autonomía respecto de la catalana, algo que también
oculta del lexicólogo Corominas, saqueador impenitente de la obra de
Martí y Gadea, de la que selecciona lo concordante con su teoría
inmersora.
Por mucho que manipulen, la lengua de Martí y Gadea es distinta a la
del norte. Valga de ejemplo estas frases, respetando ortografía y
léxico del alcoyano: "U que va pedre en Alcoy, ariava en peus de
plom. Com es riurán de nosatros els companyers, per tindre rellonges
d'arena y de boljaca. La Llonja te riquea y bellea. Els jagants junt
a la casa vestuari. La sencillea y el títul d'atre; vorán y Ilegirán
els articuls per primera vegá els jovens, ahon hia festa. En el
sigle dènau contava en tres millóns en dinés, terres y molíns de
paper".
Gadea depuraba su léxico y adoptaba libremente vocablos foráneos,
sin imposiciones; aunque sean discutibles algunos. Por ejemplo, él
(lo mismo que todos los valencianos en 1900), no usaba la
preposición "fins"; prefería escribir el neologismo "dasta", por
coherencia con el habla viva. Lo de "fins" lo reservaba para
traducir el plural del adjetivo castellano fino: "Alicantins, pocs y
fins", locución de origen alcoyano que incluye en "Tipos y
modismes".
Pero las decisiones sobre el rechazo o aceptación referentes al
idioma las debieran tomar los valencianos (no los inmersionistas del
catalán, claro).
Todas las innovaciones léxicas y gramaticales que el pueblo
valenciano ha ido incorporando a su idioma son "científicamente"
desprestigiadas, puestas en la lista de indeseables y -como es
sabido- sustituidas por las dictadas por el Institut d'Estudis
Catalans. Y lo peor es que estos culturicidas viven de los
impuestos.

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