miércoles, 6 de junio de 2007

Países Catalanes (en catalán Països Catalans) es el término aplicado por algunos para designar territorios en los que se habla catalán o valenciano. Es un término análogo al de francofonía o hispanoamérica, utilizado para identificar territorialmente la presencia de una comunidad lingüística dividida en diferentes países o regiones. Existen, así mismo, otras denominaciones alternativas como Países de Lengua Catalana. Por otra parte el término toma un cariz político en la ideología que propugna la existencia de una nación cultural basada en dicha comunidad lingüística y su autodeterminación como paso para lograr un estado propio e independiente. A esto se le conoce como pancatalanismo.

El conjunto de la presencia territorial de la comunidad lingüística catalana está formado por:

Cataluña (Catalunya).
Islas Baleares (Illes Balears).
Andorra, donde el catalán es el único idioma oficial.
Comunidad Valenciana (Comunitat Valenciana), también conocido como País Valenciano (País Valencià), donde la lengua co-oficial se denomina en el estatuto de autonomía valenciano (valencià).
La región histórica francesa del Rosellón (Catalunya Nord), zona que comprende a las comarcas históricas del Rosellón, el Capcir, el Conflent, el Vallespir y la parte norte del antiguo condado de la Cerdaña, denominada Alta Cerdaña, integradas dentro del departamento francés de los Pirineos Orientales (núm. 66), donde el catalán no tiene reconocimiento oficial.
Una zona de Aragón limítrofe con Cataluña a la que denominan La Franja de Poniente (La Franja del Ponent), conformada por las comarcas de La Litera (La Llitera) y el Matarraña (Matarranya), en torno al cincuenta por ciento de la Ribagorza (Ribagorça), Bajo Cinca (Baïx Cinca) y Caspe-Bajo Aragón (Caspe-Baïx Aragó) zaragozano. En ellas, el catalán no es oficial, pero ha obtenido cierto reconocimiento por parte de las leyes aragonesas desde 1990.
La ciudad sarda de Alguer (l'Alguer,L'Alghero, Cerdeña, Italia), donde el catalán es cooficial con el italiano y el sardo.
La pequeña región murciana de el Carche (el Carxe), compuesta por unas pocas pedanías de los municipios de Abanilla, Jumilla y Yecla, cuyos habitantes (unos 500) son de habla valenciana, y donde el catalán no tiene reconocimiento oficial.

Uso del término e implicaciones políticas
El término se encuentra documentado por primera vez en la monumental obra Historia del Derecho en Cataluña, Mallorca y Valencia. Código de las Costumbres de Tortosa, I (Madrid, 1876) del valenciano Bienvenido Oliver y Esteller, natural de Catarroja (provincia de Valencia) e historiador del Derecho, y enseguida hace fortuna durante la Renaixença catalana de finales del siglo XIX como sinónimo de «territorios de habla catalana», si bien fue difundida sobre todo como calco de la expresión Países Occitanos (Països Occitans), desde la Oficina de Relacions Meridionals (Barcelona), hacia 1933, por el valenciano Joan Fuster en su ensayo "Nosaltres els valencians" (Nosotros los valencianos) publicado en 1962, si bien con un significado más político que lingüístico, como concepto de una nación con la lengua y cultura catalanas como símbolo de identidad y que debería aspirar a un lazo político y a la independencia de España y de Francia (de esta unión política se suele exceptuar el Alguer; es frecuente la expresión «de Salces a Guardamar y de Fraga a Maón»). Esa doctrina política que aspira a la unión política de los "Países Catalanes" es llamada pancatalanismo.

Históricamente, se han utilizado otros términos para designar el mismo concepto cultural, con poca o nula implantación. De los nombres utilizados en los últimos dos siglos, se pueden citar, entre otros los de comunidad lemosina (desaparecida a mitad del siglo XX por su inexactitud histórica y filológica), comunidad catalánica, países o territorios catalanófonos (términos propuestos desde el valencianismo de mitad del siglo XX), o, quizás, el término más utilizado cuando se quiere evitar cualquier connotación política: «territorios de habla catalana».

Como contestación a este concepto, por el interés político durante la transición de evitar una autonomía con el mismo nivel reinvidicativo que el País Vasco o Cataluña, a finales de la década de los setenta del siglo XX se creó en el País Valenciano un movimiento político denominado "blaverismo" (blaverisme), el enfrentamiento entre los cuales provocó una cierta crisis social en el proceso autonómico valenciano conocido con el nombre épico de Batalla de Valencia. El cénit de dicha crisis fue la quema de la bandera oficial preautonómica del País Valenciano (señera) en el Ayuntamiento de Valencia durante la celebración del Nueve de Octubre, o atentados contra la vida de Joan Fuster y Manuel Sanchís-Guarner atribuidos a grupos de ultraderecha.

El partido de referencia del denominado "blaverismo", Unió Valenciana, llegó a su cénit en las elecciones autonómicas de 1995 en las que los cinco diputados obtenidos la hicieron imprescindible para la formación de un gobierno. Desde ese momento y debido a graves problemas internos (expulsión del que fuera su fundador, Vicente González Lizondo), se inicia una pérdida de confianza por parte de sus votantes que trae como consecuencia una pérdida de votos que le impide volver a tener representación en las cortes valencianas.

Mientras tanto el principal partido nacionalista valenciano, Unitat del Poble Valencià y su heredero, Bloc Nacionalista Valencià nunca han obtenido representación en las Cortes Valencianas como formación independiente. Si bien cabe mencionar que el BNV es el tercer partido autonómico en número de concejales, desde 1999 supera el doble de votos de Unió Valenciana y, a diferencia de su antecesora, tiene por objetivo actualmente un marco político únicamente valenciano, aunque es favorable a una colaboración política con Cataluña y Baleares.

Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Pa%C3%ADses_Catalanes"

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